No podía ser de otra manera y menos en una efeméride como es la de cumplir medio siglo de existencia, así que el Festival de Cine de Gijón se dejó sentir a lo largo de la semana con sus ciclos de películas, sus tertulias cinematográficas y, por supuesto, con sus fiestas y conciertos.
La sala Acapulco, del Casino de Asturias, se convirtió en el centro neurálgico de esta parte nocturna del Festival que entraba en juego al apagarse las luces de la última sesión. Un revoltijo apto para los cinéfilos, los amantes de la música en directo y los que gustan de alternar, copa en mano, con caras conocidas. Como por el certemen gijonés no se estilan las grandes estrellas del celuloide, los jóvenes cachorros del cine y la televisión nacional fueron el objeto de deseo. Una presencia paulatina acorde con el desarrollo del Festival que por primera vez ha estado dirigido por Nacho Carballo y con Teresa Sánchez al frente del teatro Jovellanos.
La actriz Leticia Dolera fue la elegida para inaugurarlo con María León -última ganadora del Goya a la Mejor Actriz revelación- y Alejo Sauras -galardonado por la Unión de Actores- abriendo cartel en la gala. En ella hicieron entrega del Premio Nacho Martínez al director de casting Luis San Narciso que más tarde les acompañaría en la velada. Mierense de pro al igual que la actriz María Cotiello a la que cada tarde se puede ver en la serie 'Bandolera' y que ha colaborado con el Festival presentando las películas de la sección oficial en los pases del teatro Jovellanos.
Carlos Iglesias, o lo que es lo mismo el Benito de la serie 'Manos a la obra' que hizo famosa la técnica del 'gotelé', llegó para defender la película a concurso 'La venta del paraíso' de la que es protagonista junto a un amplio reparto coral. Y con él William Miller, el novio hippy de la hija de los Alcántara en 'Cuéntame' y en la actualidad en la serie 'Isabel'. Sin lugar a dudas, el que más suspiros levantó y el más piropeado. Además, Miller, que se apoyaba en una muleta para mitigar una contusión causada practicando con monopatín, pasó la semana enterita en la ciudad a la que confesó sentirse muy unido por influencia de su pareja, la anteriormente citada María Cotiello.
No fue el único lesionado ya que Miguel Ángel Muñoz, que desde su paso por 'Upa Dance' no ha parado de trabajar en cine, teatro y televisión, llegó con el brazó en cabestrillo debido a una operación. Eso sí, bien pegadito a su novia, la también actriz Manuela Vellés, protagonista de uno de los cortos presentes en el certamen.
Ernesto Alterio y Tristán Ulloa, avalados por sus exitosas carreras, fueron otros dos actores que se dejaron ver estos días. El primero como miembro y portavoz del jurado internacional y el segundo como participante en las 'Conversaciones cinéfilas' que, moderadas por el escritor Fernando Marías, tuvieron lugar en el patio del Centro de Cultura Antiguo Instituto. Una propuesta a la que se sumaron cineastas y literatos de renombre. Entre ellos, la que fuera ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde; el escritor Vicente Molina Foix; y el director Agustín Díaz Yanes.
Especial relevancia tuvo la entrega del Premio Mujer de Cine 2012 a Cecilia Bartolomé. En el marco de la Casa Natal Jovellanos y con la asistencia de la consejera de Cultura Ana González y de la alcaldesa Carmen Moriyón, la directora homenajeada recibió el galardón de manos de Josefina Molina, premiada en la pasada edición.
El director y crítico Fernando Ménez-Leite y una veintena de realizadoras estuvieron presentes en el acto tras haber compartido la noche anterior una cena en El Jamonar. Y es que el 'efecto cine' llegó a más rincones que a las salas de proyección. Por poner un ejemplo, en Cimadevilla, varios hosteleros propusieron menús bautizados con títulos de película. Y en el bar Tabú, Jorge Muñiz preparó una selección de cócteles en la que no faltaron los cinematográficos Manhattan, Dry Martini y Cosmopolitan.
Con todo, el más popular de este 50 aniversario del FICX fue un emocionado y agradecido Enrique Castro 'Quini'. El estreno del documental 'El Brujo' frente al espejo' del director asturiano Rai García provocó la movilización de más medios que todos los demás juntos convirtiendo su llegada a la alfombra rojiblanca extendida a la puerta del Jovellanos en todo un espectáculo. Tanto es el fervor que provoca su figura que el coliseo se llenó a reventar en las dos sesiones programadas.
El periodista Toni Garrido y la actriz Norma Ruiz fueron los elegidos para guiar la gala de clausura en el teatro Laboral. En ella, además de hacerse público el palmarés de las secciones a concurso, fue entregado el Premio Honorífico a Gil Parrondo.
